jueves, 25 de julio de 2019

Cahucopana, primera organización campesina con medidas colectivas y diferenciadas


Cahucopana, primera organización campesina con medidas colectivas y diferenciadas

Después de un proceso que duro alrededor de siete años para poder incorporar en la política pública las medidas colectivas y diferenciadas, y posteriormente aplicar en su procedimiento, el pasado 18 de julio fueron aprobadas 18 medidas de protección después de hacer un análisis de amenazas, riegos y vulnerabilidades, lo que indica que los niveles de violencia en la región persisten y, a pesar de los compromisos institucionales y la responsabilidad del Estado de implementar lo acordado en la Habana para nuestro territorio, la vulnerabilidad de las comunidades por los problemas estructurales del conflicto, continúan.

El Comité de Evaluación de Riesgo y Recomendación de Medidas (CERREM) que se adelantó en la ciudad de Medellín, contó con la participación de delegados de la Corporación Cahucopana y representantes de ocho instituciones del Estado, en quienes recaía la responsabilidad de aprobar, reformar o rechazar las medidas, cuyo objetivo es brindar las garantías mínimas para seguir adelantando nuestra labor como defensores de derechos humanos en el nordeste antioqueño.

Las comunidades minero campesinas fueron y siguen siendo víctimas del conflicto social y armado, motivo por el cual en la época más álgida de la confrontación, se vieron en la necesidad de conformar una organización que defendiera y promoviera los derechos humanos garantizando la permanencia en el territorio. Con el conocimiento sobre su zona, las formas de actuar de los grupos armados y los conocimientos que se adquirieron de derechos humanos y DIH, Cahucopana generó espacios humanitarios y mecanismos que salvaguardó vidas.

Fue así como los miembros de la Corporación, empezaron a ser blanco de ejecuciones extrajudiciales, persecuciones, desplazamientos y estigmatizaciones. Causas que obligaron a las comunidades a crear mecanismos alternativos de protección y autoprotección, no solo para quienes integran Cahucopana, sino para la comunidad en general, que en el marco de la guerra, era estigmatizada. Entre ellos se encuentran: acciones humanitarias, campamentos de refugio humanitario, comisiones de verificación, creación del colectivo de comunicaciones Abriendo Trocha y actualmente las casas de refugio humanitario de paso. Todas ellas con el objetivo de salvaguardar la vida e integridad de las comunidades y garantizar la permanencia en el territorio.

La aprobación de medidas es un logro para nuestra organización que cumple 15 años en su labor, sin embargo siempre hemos hecho referencia a lo colectivo y diferencial, partiendo de la importancia de que sean brindadas las garantías de protección a toda la población que se encuentra en una zona con alto nivel de riesgo, no solamente para los integrantes de una organización y que respondieran a las realidades y experiencias de protección para que sean efectivas ante los riesgos. Es por ello que se requeriría que sean cubiertas las necesidades de protección de manera combinada o amplia.

Por otro lado, teniendo en cuenta que fueron motivos estructurales y políticos los que llevaron a que el nivel de riesgo y vulnerabilidad de Cahucopana se elevara, razón por la cual se brindan las medidas, estas no pueden ser contempladas solo desde el ámbito material, es menester del Estado empezar a pensarse en medidas políticas, desde la prevención hasta el desmantelamiento de los grupos paramilitares y bandas criminales, además de erradicar la doctrina del enemigo interno dentro del Ejército Nacional y fomentar y aplicar el respeto a los derechos humanos y el acatamiento al Derecho Internacional Humanitario, más allá de cursos dictados a algunos de los miembros de las instituciones. Esto debe ir complementado con las acciones de desarrollo regional rural propuesto en el punto 1 del acuerdo de paz, con garantías a la participación del punto 2 y por la obtención de verdad, justicia y reparación, cuestión que lograra las garantías de no repetición.

Este es solo un eslabón en todo el camino de reivindicaciones de los derechos de las comunidades y un acumulado de sacrificios, tristezas y esperanzas de líderes y lideresas, que durante años han aprendido en medio de las vicisitudes a no rendirse, y a continuar buscando paz y vida digna en sus territorios.

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