Los
obstáculos de la violencia no van a impedir que sigamos defendiendo los
derechos humanos
Después de 5 horas desde el
casco urbano del municipio de Remedios hasta el caserío “La Telaraña”
jurisdicción de la vereda Camelias II y desde allí caminando 30 minutos más,
llegamos a la granja integral de aprendizaje y refugio humanitario de paso de
la Corporación Cahucopana.
El terreno fue donado por
las comunidades campesinas quienes a principios del año 2000 realizaban allí
trabajo colectivo sembrando algunos alimentos para el consumo en la región. Con
la arremetida paramilitar tras la posesión del gobierno de Álvaro Uribe Vélez,
el pillaje, el bloqueo económico, los bombardeos, las amenazas, las ejecuciones
extrajudiciales y el asesinato hizo que se perdiera la vocación campesina en
gran parte del territorio. Estás acciones llevaron a que las comunidades
dejaran de participar en la siembra colectiva y encontrarán en la minería una forma
para su sustento económico.
El espacio de la granja,
para esta ocasión, nos sirvió para que entre los días 13 al 16 de agosto, se
realizara el balance y la proyección del equipo de trabajo de Cahucopana.
Miembros del equipo de
campo, junto algunos miembros de la Junta Directiva y el equipo de apoyo de
Bogotá y Medellín, quienes contaron con el acompañamiento internacional de los
Equipos Cristianos de Acción por la Paz (ECAP), se encontraron para analizar la
situación de la región en la cual se están presentando diferentes situaciones
violentas y de asesinatos. En lo que va corrido del año se han presentado siete
homicidios a pobladores de la zona rural además de la intimidación que se está
produciendo con la presencia de hombres desconocidos y encapuchados, que genera
nuevamente la perdida de tejido organizativo, afectando principalmente las
Juntas de Acción Comunal. Así mismo el aumento del consumo de sustancias
psicoactivas, el hurto y la inseguridad, en varias veredas de la zona, lo cual
llama la atención que ocurra cerca al ETCR “Juan Carlos Castañeda” teniendo en
cuenta que allí se concentra una militarización especial por el tema del
Espacio, y que dicha situación en los jóvenes facilita el reclutamiento a
grupos paramilitares.
Así mismo, en los cascos
urbanos se han presentado un sin número de homicidios, cerca a los mismos una
serie de combates correspondientes a una disputa entre grupos paramilitares que
han llegado o se han conformado allí. Esto se evidencia en las amenazas y
panfletos que se han distribuido en los últimos meses. Estos hechos nos
retornan a la situación similar que vivimos en 2012 y que advertíamos se iba a
presentar si no se tomaban las medidas idóneas por parte del Estado en nuestros
informes semestrales de los años anteriores. La militarización nunca ha sido la
salida para la construcción de paz territorial, se necesita inversión social e
intervención integral en nuestras comunidades.
Con el contexto anterior el
equipo organizo su plan de trabajo de los próximos meses para fortalecer y
acompañar las Juntas, los equipos de acción humanitaria, los equipos femeninos
y las organizaciones en el territorio.
Los obstáculos que
nuevamente se tienen por el aumento de la violencia no van a impedir que
sigamos trabajando por el respeto a los derechos humanos y una vida digna para
el campesinado y mineros del Nordeste antioqueño.
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