martes, 12 de febrero de 2019

Vivir el trabajo de CAHUCOPANA en Lejanías y Camelias


Vivir el trabajo de CAHUCOPANA en Lejanías y Camelias

Por: Alexandra Duque Torres 



Después de viajar durante cinco horas por carretera destapada, en un carro con sacudidas constantes por las piedras y desniveles de tierra, pudimos llegar a la vereda Lejanías del municipio de Remedios, Antioquia. Teníamos algo de calor y hambre, pero nada de eso iba a dañar la llegada a la vereda. La felicidad y el asombro se reflejó en mi rostro al conocer el caserío donde nació CAHUCOPANA, una corporación campesina que defiende los derechos humanos en el nordeste antioqueño desde hace 14 años. Y no era para menos mi dicha, pues mientras caminaba conocía poco a poco el territorio y los campesinos y campesinas que integran la corporación en esta vereda, teniendo la oportunidad de compartir con el señor Rayito y el cantor Macías, dos de los fundadores de esta organización.

Fue muy significativo conocer algunas de sus dinámicas territoriales, que la mayoría se llamaran y se conocieran por el apodo, fue algo que me sorprendió en tanto el ejército no comprendía esto y los estigmatizaba con el pretexto de buscar guerrilleros manifestando que son sus “alias”; por otro lado, ver la solidaridad que caracterizaba a la comunidad y su conocimiento frente a toda la población, con la intención de protegerse y mitigar riesgos, fue sorprendente -pues en la ciudad pocas veces se encuentra o se conserva esta cohesión-, además, de unos ánimos contundentes por construir paz en una región tan golpeada por el conflicto armado.

A pesar de identificar nuevas amenazas y un posible escalamiento del conflicto con la llegada de los paramilitares, la incidencia del ELN, y la injerencia del ejército sólo para judicializar guerrilleros, tapándose los ojos frente a los paramilitares y otros delincuentes en la zona, los campesinos y campesinas siguen organizados, creyendo en la colectividad, basados en la solidaridad y la esperanza.
Esto evidenciándose no sólo en Lejanías –donde me encontré con diversos líderes y lideresas de las veredas de la parte alta de Remedios-, donde la presencia de grupos armados ha sido más contundente, sino también en Camelias –parte baja del municipio-, donde no se ha dado con tanta intensidad el regreso del conflicto, pero se ha escuchado lo que ha pasado en la parte alta, además del dominio paramilitar una vereda antes de este lugar, preparándose para lo que pueda ocurrir.

A pesar de este panorama, las comunidades están dispuestas a resistir y defender sus vidas y su territorio, le apuestan a la construcción de paz y se rehúsan a que regrese la guerra, por eso hoy más que nunca me enseñaron la importancia de la colectividad, del apoyo mutuo, de la necesidad de visibilizar lo que sucede en los territorios alejados, de la solidaridad y el fortalecimiento de las organizaciones sociales para que la guerra no sea más una opción.

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