Vivir
el trabajo de CAHUCOPANA en Lejanías y Camelias
Por: Alexandra Duque Torres
Después de viajar durante
cinco horas por carretera destapada, en un carro con sacudidas constantes por
las piedras y desniveles de tierra, pudimos llegar a la vereda Lejanías del
municipio de Remedios, Antioquia. Teníamos algo de calor y hambre, pero nada de
eso iba a dañar la llegada a la vereda. La felicidad y el asombro se reflejó en
mi rostro al conocer el caserío donde nació CAHUCOPANA, una corporación
campesina que defiende los derechos humanos en el nordeste antioqueño desde
hace 14 años. Y no era para menos mi dicha, pues mientras caminaba conocía poco
a poco el territorio y los campesinos y campesinas que integran la corporación
en esta vereda, teniendo la oportunidad de compartir con el señor Rayito y el
cantor Macías, dos de los fundadores de esta organización.
Fue muy significativo
conocer algunas de sus dinámicas territoriales, que la mayoría se llamaran y se
conocieran por el apodo, fue algo que me sorprendió en tanto el ejército no
comprendía esto y los estigmatizaba con el pretexto de buscar guerrilleros
manifestando que son sus “alias”; por otro lado, ver la solidaridad que
caracterizaba a la comunidad y su conocimiento frente a toda la población, con
la intención de protegerse y mitigar riesgos, fue sorprendente -pues en la
ciudad pocas veces se encuentra o se conserva esta cohesión-, además, de unos
ánimos contundentes por construir paz en una región tan golpeada por el
conflicto armado.
A pesar de identificar
nuevas amenazas y un posible escalamiento del conflicto con la llegada de los
paramilitares, la incidencia del ELN, y la injerencia del ejército sólo para
judicializar guerrilleros, tapándose los ojos frente a los paramilitares y
otros delincuentes en la zona, los campesinos y campesinas siguen organizados,
creyendo en la colectividad, basados en la solidaridad y la esperanza.
Esto evidenciándose no sólo
en Lejanías –donde me encontré con diversos líderes y lideresas de las veredas
de la parte alta de Remedios-, donde la presencia de grupos armados ha sido más
contundente, sino también en Camelias –parte baja del municipio-, donde no se
ha dado con tanta intensidad el regreso del conflicto, pero se ha escuchado lo
que ha pasado en la parte alta, además del dominio paramilitar una vereda antes
de este lugar, preparándose para lo que pueda ocurrir.
A pesar de este panorama,
las comunidades están dispuestas a resistir y defender sus vidas y su
territorio, le apuestan a la construcción de paz y se rehúsan a que regrese la
guerra, por eso hoy más que nunca me enseñaron la importancia de la
colectividad, del apoyo mutuo, de la necesidad de visibilizar lo que sucede en
los territorios alejados, de la solidaridad y el fortalecimiento de las
organizaciones sociales para que la guerra no sea más una opción.
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