Las mujeres del Nordeste Antioqueño construimos paz territorial
con justicia social
La subregión del Nordeste
Antioqueño, como tantas otras, ha sido fuertemente afectada por el conflicto
armado colombiano, y dentro de este, las mujeres han sufrido diversos tipos de
violencias que han marcado su memoria y han determinado el valor de la
resistencia como principio de su existencia. Del mismo modo, el arraigo y los
lazos comunitarios han definido el carácter organizativo de las mujeres
dirigido hacia la defensa del territorio y su permanencia en él.
Es así como de la mano de las
organizaciones sociales como la ACVC y Cahucopana, en el Nordeste Antioqueño se
han venido conformando y fortaleciendo los Equipos Femeninos de Acción
Humanitaria, que hoy confluyen en nuestra Coordinación Regional de Mujeres del
Nordeste Antioqueño, como una afirmación de nuestro compromiso con la
construcción de paz territorial con justicia social.
Hemos manifestado, en distintos
espacios formativos, organizativos y culturales, que la paz para nosotras
implica no solo la ausencia de hostilidades o hechos de guerra, sino que
comprende del mismo modo la garantía por parte del Estado de los derechos
humanos en su totalidad, incluyendo los derechos denominados de segunda y
tercera generación, que contribuyan al mejoramiento de las condiciones de vida
de las comunidades y, de manera afirmativa, de las mujeres de la región.
En este sentido, exigimos el
cumplimiento del deber constitucional del Estado colombiano de garantizar los
derechos humanos de todos los ciudadanos, y de prestar atención especial a las
comunidades rurales que han sido históricamente abandonadas y afectadas con
hechos de guerra que, como en el caso del Nordeste Antioqueño, han sido en gran
medida dirigidas o permitidas por los gobiernos locales y nacionales.
Dentro de estas exigencias,
destacamos el derecho a la vida, a la igualdad, a la libertad, a la educación,
a la vivienda digna, a la salud, a la tierra, a la paz, a la libertad de
asociación, como derechos que han guiado la organización de las comunidades y
que no han sido garantizados por el Estado. Tenemos la esperanza de que la
implementación de los acuerdos de paz entre el Gobierno nacional y las FARC-EP
contribuya significativamente a la garantía de estos y del resto de derechos
consagrados en la Constitución Política de 1991, y nos estamos fortaleciendo
organizativamente para ser veedoras y sujetas activas en el proceso de
verificación y exigibilidad del cumplimiento de lo acordado.
Somos conscientes de que los acuerdos
son muy importantes, pero que al mismo tiempo son limitados, y quedan muchos
temas que deben ser abordados y liderados por las comunidades y las
organizaciones sociales, como se ha venido haciendo a lo largo de la historia.
Por eso, saludamos a las mujeres de Antioquia, a las mujeres de Colombia, y
queremos ratificar en este saludo nuestras aspiraciones de paz y recordamos la
necesidad de la organización y la articulación de nuestros espacios para
continuar construyendo el país que soñamos, el país que nos merecemos. Somos
mujeres creadoras de vida y forjadoras de paz.
Coordinación
Regional de Mujeres del Nordeste Antioqueño
No hay comentarios:
Publicar un comentario