lunes, 22 de julio de 2019

Soldados del Ejército Nacional y encapuchados pretendían hacer allanamiento en vereda de Remedios (Antioquia)


Soldados del Ejército Nacional y encapuchados pretendían hacer allanamiento en vereda de Remedios (Antioquia)


El día 21 de julio, aproximadamente a las 4 a.m. las personas que compartían en el establecimiento público “la gallera”, ubicado en la vereda Panamá Nueve, del caserío Mina Nueva (Remedios), se vieron sorprendidos al percatarse de la llegada de soldados del Ejército Nacional junto a dos hombres con el rostro cubierto con ponchos verdes (encapuchados), según lo expresado por ellos, pretendían hacer un allanamiento, el cual fue iniciado con un proceso de registro fotográfico y vídeo, a pesar de no llevar ninguna orden ni autorización para ello; tampoco portaban en un lugar visible sus apellidos.

Cahucopana, expresa su preocupación ya que estas acciones se están volviendo frecuentes en las veredas de Remedios, lo cual no permite saber quiénes son los hombres con los que patrulla el Ejército, mucho menos identificar a qué grupo armado pertenecen, dejando una estela de duda ¿acaso el Ejército Nacional está trabajando en connivencia con grupos ilegales? ¿Si están haciendo un operativo legal por qué no respetan los derechos de la población?

Estas actuaciones solamente nos lleva a recordar años pasados, cuando los soldados abrían paso a los grupos paramilitares. En épocas de tránsito a la paz, se necesita generar confianza con la comunidad y estas acciones no la promueven.

jueves, 6 de junio de 2019

Rechazo a la creciente ola de violencia en el Nordeste Antioqueño


Rechazo a la creciente ola de violencia en el Nordeste Antioqueño


La Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño- Cahucopana, expresa su preocupación por los últimos hechos acontecidos en el municipio de Segovia, departamento de Antioquia. Al respecto, rechazamos todo acto de violencia sin importar de donde provenga, más aun cuando está dejando por doquier víctimas de la población.

Hemos afirmado que Remedios y Segovia, por ser municipios con gran abundancia de recursos naturales y minerales están expuestos a afrontar toda clase de conflictos por la disputa que se presenta entre los diversos actores por el control territorial, frente a ello, el conflicto social y económico se evidencia cada día con más fuerza.

Las estrategias para tener el poder económico de la zona llevan a los interesados a ejercer control social apelando no solo a generar el miedo, sino también a tomar represarías en contra de quienes no compartan sus objetivos, situación que se agudiza si no se implementan las medidas necesarias y apropiadas por parte de la institucionalidad, no solo local sino departamental y nacional, hasta que todo se vuelve una bola de nieve.

El municipio de Segovia, poblado por gente trabajadora, honesta y alegre, vive en medio de grupos armados al margen de la ley, sucesores del paramilitarismo y bandas criminales, sin contar otros factores que tienen en vilo su tranquilidad; la presencia de una empresa multinacional que desde hace aproximadamente 43 años se empeña en hacer desaparecer a los pequeños y medianos mineros, en un pleito que no parece tener fin, deja a centenares de pobladores sin su único sustento económico: la extracción minera, abriendo las puertas para que se desencadene la persecución y judicialización a los mineros.

No podemos permitir que se sigan asesinando a los jóvenes en disputas entre “combos”, ni que por medio de panfletos y amenazas se pretenda someter a la población a través del terror, las extorsiones, el microtráfico y el sicariato, todas ellas, deben ser asumidas por las autoridades como un problema social de seguridad, que demanda de planes de acción y políticas públicas para erradicarlas de raíz.

Cahucopana como organización defensora de derechos humanos hace un llamado para que se tomen acciones concretas que respondan a la necesidad de la población de vivir en un entorno de paz y tranquilidad.

viernes, 5 de abril de 2019

Llamamiento urgente por situación de derechos humanos y minería en el nordeste antioqueño


Llamamiento urgente por situación de derechos humanos y minería en el nordeste antioqueño

Encuentro regional de líderes y lideresas del nordeste antioqueño





En el marco del Encuentro Regional de líderes y lideresas del Nordeste Antioqueño, reunidos el día 29 de marzo de 2019, en el caserío Mina Nueva, vereda Panamá Nueve, municipio de Remedios (Antioquia), posterior al trabajo realizado en la jornada, presentamos por medio de este llamamiento a las instituciones del Estado, organismos internacionales y de acompañamiento internacional, las exigencias emanadas del encuentro, las cuales responden a la situación de crisis humanitaria que se viene presentado en la actualidad en materia de derechos humanos y minería. De igual modo, el llamamiento está dirigido a los grupos armados que hacen presencia en el territorio, ya que los líderes y lideresas sociales exigen el respeto a sus vidas, integridad y libertad en virtud de su desempeño como trabajadores comunitarios y defensores de derechos humanos.

La coyuntura actual está enmarcada en un contexto de pos acuerdo, ligado al acuerdo de paz firmado entre el gobierno nacional y la ex guerrilla de las FARC, lo que ayudó a disminuir el nivel de afectaciones del conflicto armado que tuvo inmersa, durante muchos años, a las comunidades rurales a nivel nacional y en particular a la población minero-campesina e indígena del Nordeste antioqueño. Los años de incertidumbre y miedo que vivimos, pensamos que ya habían acabado, sin embargo, tuvieron continuidad con nuevas dinámicas y actores armados, así que, no hemos podido evidenciar la tan anhelada paz.

Hoy en día, sin la presencia de la guerrilla de las FARC en el territorio, los grupos armados al margen de la ley, iniciaron una disputa por copar zonas donde antes no tenían presencia; los paramilitares han ido entrando paulatinamente imponiendo sus dinámicas de control social y reconfigurando la cotidianidad de las comunidades en términos de seguridad. Por otra parte, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), quienes ya tenían presencia en la zona, se han expandido, y han creado una serie de normas que la comunidad debe cumplir. También están las fuerzas armadas del Estado, que continúan con sus operativos en contra de la pequeña y mediana minería, en su lógica de ver al campesinado y minero como el enemigo interno. A su vez, el ejército en compañía de encapuchados permanece patrullando los caseríos de la zona y se han convertido en un actor que genera miedo.

Este reordenamiento de actores armados trajo consigo no solo problemáticas sociales como el microtráfico, consumo de estupefacientes, robos, extorsiones, disputas comunitarias y hasta desunión entre la población, sino que también elevó de manera alarmante los asesinatos de habitantes de la zona, sin que ningún actor armado se atribuya los hechos, además, se han generado detenciones arbitrarias, violación a los derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario, amenazas y persecución hacia los líderes y lideresas, quienes hacen una labor fundamental en aras de construir un Nordeste antioqueño en paz.

Todos estos factores llevan a que se eleve el nivel de riesgo de las comunidades campesinas, líderes y lideresas sociales, miembros de las Juntas de Acción Comunal y defensores de derechos humanos, lo que dificulta poder llevar a cabo su labor. El panorama no es alentador, por eso es importante reconocer el quehacer de los líderes y lideresas, que a nivel nacional están siendo perseguidos, estigmatizados y asesinados.


En los municipios de Remedios y Segovia los líderes y lideresas han sido primordiales, en las Juntas de Acción Comunal, han afianzado la autonomía en la toma de decisiones, ejecuciones de políticas comunitarias y normas de convivencia, tratando de ser neutrales y consecuentes con sus objetivos de trabajar en beneficio de la comunidad.

De la misma manera, las organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos han contribuido en la construcción de un territorio donde mínimamente los actores externos a la comunidad respeten los derechos humanos, se generen condiciones para que la comunidad pueda llevar una cotidianidad tranquila y en paz; en ese sentido, pensamos en alternativas de protección y autoprotección, y apelamos a mecanismos comunitarios, legales y pacíficos para exigir nuestros derechos, denunciamos y visibilizamos las dificultades que se afrontan día a día en la región, promovemos la necesidad de permanecer y resistir en el territorio, y lo más importante, seguimos construyendo de la mano de los campesinos, mineros e indígenas un Nordeste en paz. Todo ello hace parte de un acumulado histórico que nos da pautas para continuar con nuestra tarea.