jueves, 23 de agosto de 2018

La guerra nos tiene hostigados


La guerra nos tiene hostigados

En el Nordeste antioqueño crean casas de refugio humanitario para proteger la vida ante los riesgos que se avecinan para las comunidades

Por: Bibiana Ramírez  



Desde que las FARC-EP dejaron de existir en el nordeste antioqueño como grupo armado, hace dos años, el conflicto se ha recrudecido, ya son más grupos los que se disputan el territorio, sobre todo los que surgieron de la desmovilización de las AUC y que se han fortalecido en regiones donde antes no podían entrar y donde también el ELN sigue operando como grupo guerrillero.

Las comunidades celebran que desde esos dos años no hay bombardeos ni enfrentamientos armados, pero se preocupan por las nuevas formas de hostigamiento que foráneos están aplicando. El miedo de hoy está desarticulando toda posibilidad de organización, de trabajo comunitario porque ya todos desconfían o porque son amenazados.

En la alerta temprana Nº 052 de junio de 2018, emitida por la Defensoría del Pueblo, dice que 31.333 habitantes de Remedios y 41.711 habitantes de Segovia están en situación de riesgo. “A través de la intimidación y el ejercicio de la violencia, los grupos armados ilegales pretenden preservar el poder político y económico instalado durante la guerra que impide la denuncia y la desobediencia de la población civil, ante la posibilidad del desplazamiento forzado o la muerte, como medidas de retaliación y aleccionamiento”, relata el documento.

Entre enero y marzo de 2018 ocurrieron 17 asesinatos en Remedios y Segovia según el Departamento de Policía de Antioquia. “Llama la atención que en ninguno de los casos la Policía Departamental identifica los grupos armados ilegales como los presuntos autores, ni alude al conflicto armado como la posible causa de las muertes, limitándose a señalar que el 52,64 % de los casos ocurrió por venganza, el 29,41 % por intolerancia social y con un 5,88 % para cada una de las siguientes causas posibles: problemas personales, ajuste ilegal de cuentas, problemas personales y abuso sexual”, afirma la alerta temprana.

El último acontecimiento sucedió el 12 de agosto en la vereda Lejanías, de Remedios, donde tres hombres armados sacaron de la casa a Hernán Adrián Zapata y lo asesinaron. Vendía elementos para el hogar, contaba con el permiso de la junta de acción comunal para realizar dicha actividad y apenas llevaba ocho días en la vereda, así lo denunció la Corporación de Acción Humanitaria por la Paz y la Convivencia del Nordeste Antioqueño, Cahucopana.

Queda demostrado que en las veredas de estos municipios hay restricción a la vida cotidiana de las comunidades y que están sometidas a los intereses y el control de los grupos armados.

Riesgos para las comunidades

Décadas atrás los campesinos del nordeste tuvieron que huir de la guerra, aguantar hambre, reinventarse cada día, ver morir a familiares y amigos. Con la esperanza de que esa guerra terminaría, algunos retornaron a sus tierras y empezaron nuevamente a organizar sus vidas. Antes corrían hacia el monte mientras pasaba todo, ahora ya no hay tiempo para esconderse porque las tácticas de esa guerra han cambiado.

Varias personas de diferentes veredas hacen un panorama de lo que les toca vivir diariamente y de los miedos a los que se enfrentan, por ejemplo el de decir sus nombres.

El Ejército y la Policía que llegaron con el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, ETCR, pero no se han ganado la confianza de los habitantes de Carrizal. Desconfían de los grupos de Whatsapp que tienen para recibir denuncias. El Ejército hace seguimiento con drone a personas que están a cinco minutos del caserío. Hay sobrevuelos de helicópteros que lanzan luces de bengala. Realizan actividades cívico militares que ponen en riesgo a la población porque todavía hay presencia de ELN.

“Las organizaciones hemos tenido que reducir la influencia en las comunidades. Carrizal era un ejemplo organizativo y hoy no es el 30% de lo que era. Hay consumo excesivo de droga y alcohol. Se permite que militares de civil y con armas entren a fiestas”, dice un campesino y agrega que muchos desconocidos van a preguntar por el ETCR o personas de allí.

En la vereda Camelias, después de las nueve de la noche nadie se puede mover en moto por la restricción que tiene el ELN. Se pasean hombres de negro, armados y encapuchados.

Necesidades insatisfechas

Las comunidades tuvieron la esperanza de ver llegar la inversión social. Por ejemplo el tema de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial se convirtieron en un negocio para el Estado. “Nos hacían reuniones, nos ponían a firmar y ahí legalizaban la plata. Van dos años trayendo gallinas y esas gallinas no han llegado, se las comió el zorro de Cañaveral a Carrizal”. Las vías no han mejorado y es como un chiste ver una carretera de treinta kilómetros y pavimentados cuarenta metros, por lo que la alcaldía de Remedios hizo fiesta y lo promocionó como la gran obra de infraestructura.

En Camelias hace dos años están pidiendo un profesor para 18 niños de primaria. La alcaldesa se comprometió y la Gobernación de Antioquia también, pero aún tienen que caminar una hora y media para llegar a Plaza Nueva donde está la escuela, lo que ha generado deserción escolar.

Hace seis meses pusieron la energía en algunas veredas, en Carrizal están pagando entre 80 y 150 mil pesos. El que se atrasa un mes le llega 1 millón 700 mil pesos, cobrando la conexión y el contador. No les entregan el recibo personalmente sino que envían el paquete de recibos a un local comercial y ahí los dejan, a otros les llega a veredas distintas. Tampoco saben si es en Segovia o Remedios el pago, pues a una persona le puede llegar en las dos municipios. No hay una verdadera asesoría por parte de Empresas Públicas de Medellín que son los que prestan el servicio. No les han explicado cómo se lee la factura, sólo paguen, si no se las cortan y los endeudan.

“A una casa le cobran como a una cantina. Por tener un bombillo, una nevera y un televisor llegan 300 mil pesos de cuenta. Tanto que deseamos tener la energía pero ahora es un problema más grande teniéndola. Hay comunidades que le están diciendo a EPM que la retiren y que se lleven sus cables porque no pueden pagar lo que les cobran”. Además deben pagar alumbrado público que no existe, recolección de basura cuando nunca entra un carro y otros cobros.

Casas de refugio humanitario de paso

Ante todo este panorama que no es muy alentador, Cahucopana creó casas de refugio humanitario de paso en las veredas Lejanías y Camelias como mecanismo alternativo y preventivo para salvaguardar la vida y la integridad de las comunidades minero campesinas ante una crisis humanitaria que pone en alto nivel de riesgo a los habitantes de Remedios y Segovia.

Además crearon una granja integral de aprendizaje en Camelias para recuperar el arraigo con la tierra y lo más importante, volver a sembrar alimento. “Es un momento en que tenemos que sembrar comida, porque se vienen tiempos duros. Hay que revivir los colectivos para volver a la solidaridad, para saber qué pasa el vecino y en qué le puedo ayudar. Estamos débiles, pero hemos sobrevivido porque nos hemos organizado”, dice Gerardo Acero, líder de Cahucopana.

Fotos: Bibiana Ramírez

sábado, 18 de agosto de 2018

Los obstáculos de la violencia no van a impedir que sigamos defendiendo los derechos humanos


Los obstáculos de la violencia no van a impedir que sigamos defendiendo los derechos humanos



Después de 5 horas desde el casco urbano del municipio de Remedios hasta el caserío “La Telaraña” jurisdicción de la vereda Camelias II y desde allí caminando 30 minutos más, llegamos a la granja integral de aprendizaje y refugio humanitario de paso de la Corporación Cahucopana.

El terreno fue donado por las comunidades campesinas quienes a principios del año 2000 realizaban allí trabajo colectivo sembrando algunos alimentos para el consumo en la región. Con la arremetida paramilitar tras la posesión del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, el pillaje, el bloqueo económico, los bombardeos, las amenazas, las ejecuciones extrajudiciales y el asesinato hizo que se perdiera la vocación campesina en gran parte del territorio. Estás acciones llevaron a que las comunidades dejaran de participar en la siembra colectiva y encontrarán en la minería una forma para su sustento económico.
El espacio de la granja, para esta ocasión, nos sirvió para que entre los días 13 al 16 de agosto, se realizara el balance y la proyección del equipo de trabajo de Cahucopana.

Miembros del equipo de campo, junto algunos miembros de la Junta Directiva y el equipo de apoyo de Bogotá y Medellín, quienes contaron con el acompañamiento internacional de los Equipos Cristianos de Acción por la Paz (ECAP), se encontraron para analizar la situación de la región en la cual se están presentando diferentes situaciones violentas y de asesinatos. En lo que va corrido del año se han presentado siete homicidios a pobladores de la zona rural además de la intimidación que se está produciendo con la presencia de hombres desconocidos y encapuchados, que genera nuevamente la perdida de tejido organizativo, afectando principalmente las Juntas de Acción Comunal. Así mismo el aumento del consumo de sustancias psicoactivas, el hurto y la inseguridad, en varias veredas de la zona, lo cual llama la atención que ocurra cerca al ETCR “Juan Carlos Castañeda” teniendo en cuenta que allí se concentra una militarización especial por el tema del Espacio, y que dicha situación en los jóvenes facilita el reclutamiento a grupos paramilitares.

Así mismo, en los cascos urbanos se han presentado un sin número de homicidios, cerca a los mismos una serie de combates correspondientes a una disputa entre grupos paramilitares que han llegado o se han conformado allí. Esto se evidencia en las amenazas y panfletos que se han distribuido en los últimos meses. Estos hechos nos retornan a la situación similar que vivimos en 2012 y que advertíamos se iba a presentar si no se tomaban las medidas idóneas por parte del Estado en nuestros informes semestrales de los años anteriores. La militarización nunca ha sido la salida para la construcción de paz territorial, se necesita inversión social e intervención integral en nuestras comunidades.

Con el contexto anterior el equipo organizo su plan de trabajo de los próximos meses para fortalecer y acompañar las Juntas, los equipos de acción humanitaria, los equipos femeninos y las organizaciones en el territorio.

Los obstáculos que nuevamente se tienen por el aumento de la violencia no van a impedir que sigamos trabajando por el respeto a los derechos humanos y una vida digna para el campesinado y mineros del Nordeste antioqueño.

lunes, 13 de agosto de 2018

Asesinada una persona en vereda de Remedios (Antioquia)


Asesinada una persona en vereda de Remedios (Antioquia)



El 12 de agosto, en la vereda Lejanías del municipio de Remedios (Antioquia), 3 hombres armados procedieron a sacar a un hombre, aproximadamente a las 8 de la noche, identificado como Hernán Adrián Zapata Duque, que vendía elementos para el hogar y había llegado desde hace 8 días a la vereda con el permiso de de la Junta de Acción Comunal (JAC). Los sujetos sacaron al lugareño de su residencia.

A esta hora no se ha realizado el levantamiento de la víctima en el lugar de los hechos.

Es importante resaltar que la Corporación Cahucopana ha venido denunciando el aumento de inseguridad en las veredas del nordeste antioqueño y que va ligado a la constante presencia de hombres armados y grupos al margen de la ley que se disputan el territorio, que también ha tenido como consecuencia asesinatos y enfrentamientos en los últimos días en el casco urbano de Segovia.

Ante ello hemos iniciado el proceso con la Unidad Nacional de Protección (UNP) para que se implementen las medidas colectivas y diferenciadas que logren mitigar en buena medida los hechos que atemorizan a la comunidad y ponen en alto riesgo a los habitantes.

viernes, 3 de agosto de 2018

Video - Casas de refugio humanitario en el nordeste antioqueño


Casas de refugio humanitario en el nordeste antioqueño


Por: Agencia Prensa Rural  



Las casas de refugio humanitario de paso se crearon como un mecanismo alternativo y preventivo para salvaguardar la vida y la integridad de las comunidades minero campesinas del nordeste antioqueño ante una crisis humanitaria (desplazamiento, bombardeos, ametrallamientos, bloqueos económicos, amenazas, entre otros) que pone en alto nivel de riesgo a la población habitante de las veredas de Remedios.

Estas casas son espacios humanitarios protegidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y por el Derecho Internacional Humanitario y tienen el objetivo de minimizar los desplazamientos forzados.

A las casas pueden llegar todas las personas que estén reconocidas por sus Juntas de Acción Comunal, afiliadas a las mismas, a los comités mineros, a los Equipos de Acción Humanitaria, a los Comités Femeninos y que hagan parte de las organizaciones sociales de la región que tenga en riesgo su vida e integridad. Esta información se verificará e irá de la mano con la activación de las rutas pertinentes para salvaguardar la vida.

Además contaría con el asesoramiento en DD.HH y se mantendría, con consentimiento de la persona, la articulación e incidencia con los organismos de DD.HH estatales y de acompañamiento internacional si es el caso.