jueves, 1 de agosto de 2019

Cahucopana validó el Plan Integral de Reparación Integral


Se dio inicio a las medidas de reparación a comunidades del nordeste antioqueño

Cahucopana validó el Plan Integral de Reparación Integral


El 24 de julio, en el casco urbano del municipio de Remedios (Antioquia), en un encuentro que contó con la participación del comité de impulso, los tejedores y tejedoras del proceso psicosocial que hacen parte del sujeto de reparación, Cahucopana, amigos y compañeros, se socializó y validó el Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) que fue aprobado por la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas y validado por los miembros de la Corporación, con el cual se dio inicio a la implementación de las medidas de reparación.

Cahucopana fue reconocida por el Estado como sujeto de reparación colectiva en el año 2017, por los daños sufridos en medio del conflicto armado. Durante el proceso de diagnóstico del daño se pudo evidenciar que las diversas estrategias utilizadas por los grupos armados vulneraron los derechos humanos e infringieron el Derecho Internacional Humanitario de la población civil, entre ellos, particularmente, a la organización Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño - Cahucopana, dejando daños en las practicas colectivas, en las formas de organización y relacionamiento y en las formas de auto reconocimiento y reconocimiento por terceros.
Las afectaciones y el impacto negativo del conflicto, en el colectivo, fueron analizados partiendo de varios hechos victimizantes: asesinatos de miembros de la organización a manos de soldados del Ejército Nacional pertenecientes al Batallón Calibio y del Batallón Energético y vial N° 8 de la XIV Brigada, desplazamiento forzado, bloqueos económicos y sanitarios, bombardeos indiscriminados, quema de caseríos, operativos de la fuerza pública desproporcionados, daño al buen nombre, estigmatizaciones, rompimiento del tejido social, entre otros.

Es un avance que el Estado reconozca que hay un conflicto armado interno, no obstante existe la necesidad urgente de reformar la actual política pública de atención a las víctimas para abordar la reparación de manera integral donde se le dé la importancia necesaria a la verdad, a la justicia y las garantías de no repetición, esta como un acto de responsabilidad por parte del Estado por acción u omisión, además que se destinen los recursos necesarios para que haya una cobertura amplia a todas las víctimas individuales y colectivas.

A pesar que se validaron 14 medidas de reparación, estas son insuficientes para subsanar el sufrimiento, el menoscabo de nuestra organización y la desaparición de nuestros seres queridos, hay pérdidas irreparables. Por ello, debe ser un compromiso del gobierno la implementación del punto cuatro (víctimas) del acuerdo final de paz, en el que el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición desempeña el rol más significativo en la búsqueda de resarcimiento del derechos de las víctimas y fomento de una paz estable y duradera.


jueves, 25 de julio de 2019

Cahucopana, primera organización campesina con medidas colectivas y diferenciadas


Cahucopana, primera organización campesina con medidas colectivas y diferenciadas

Después de un proceso que duro alrededor de siete años para poder incorporar en la política pública las medidas colectivas y diferenciadas, y posteriormente aplicar en su procedimiento, el pasado 18 de julio fueron aprobadas 18 medidas de protección después de hacer un análisis de amenazas, riegos y vulnerabilidades, lo que indica que los niveles de violencia en la región persisten y, a pesar de los compromisos institucionales y la responsabilidad del Estado de implementar lo acordado en la Habana para nuestro territorio, la vulnerabilidad de las comunidades por los problemas estructurales del conflicto, continúan.

El Comité de Evaluación de Riesgo y Recomendación de Medidas (CERREM) que se adelantó en la ciudad de Medellín, contó con la participación de delegados de la Corporación Cahucopana y representantes de ocho instituciones del Estado, en quienes recaía la responsabilidad de aprobar, reformar o rechazar las medidas, cuyo objetivo es brindar las garantías mínimas para seguir adelantando nuestra labor como defensores de derechos humanos en el nordeste antioqueño.

Las comunidades minero campesinas fueron y siguen siendo víctimas del conflicto social y armado, motivo por el cual en la época más álgida de la confrontación, se vieron en la necesidad de conformar una organización que defendiera y promoviera los derechos humanos garantizando la permanencia en el territorio. Con el conocimiento sobre su zona, las formas de actuar de los grupos armados y los conocimientos que se adquirieron de derechos humanos y DIH, Cahucopana generó espacios humanitarios y mecanismos que salvaguardó vidas.

Fue así como los miembros de la Corporación, empezaron a ser blanco de ejecuciones extrajudiciales, persecuciones, desplazamientos y estigmatizaciones. Causas que obligaron a las comunidades a crear mecanismos alternativos de protección y autoprotección, no solo para quienes integran Cahucopana, sino para la comunidad en general, que en el marco de la guerra, era estigmatizada. Entre ellos se encuentran: acciones humanitarias, campamentos de refugio humanitario, comisiones de verificación, creación del colectivo de comunicaciones Abriendo Trocha y actualmente las casas de refugio humanitario de paso. Todas ellas con el objetivo de salvaguardar la vida e integridad de las comunidades y garantizar la permanencia en el territorio.

La aprobación de medidas es un logro para nuestra organización que cumple 15 años en su labor, sin embargo siempre hemos hecho referencia a lo colectivo y diferencial, partiendo de la importancia de que sean brindadas las garantías de protección a toda la población que se encuentra en una zona con alto nivel de riesgo, no solamente para los integrantes de una organización y que respondieran a las realidades y experiencias de protección para que sean efectivas ante los riesgos. Es por ello que se requeriría que sean cubiertas las necesidades de protección de manera combinada o amplia.

Por otro lado, teniendo en cuenta que fueron motivos estructurales y políticos los que llevaron a que el nivel de riesgo y vulnerabilidad de Cahucopana se elevara, razón por la cual se brindan las medidas, estas no pueden ser contempladas solo desde el ámbito material, es menester del Estado empezar a pensarse en medidas políticas, desde la prevención hasta el desmantelamiento de los grupos paramilitares y bandas criminales, además de erradicar la doctrina del enemigo interno dentro del Ejército Nacional y fomentar y aplicar el respeto a los derechos humanos y el acatamiento al Derecho Internacional Humanitario, más allá de cursos dictados a algunos de los miembros de las instituciones. Esto debe ir complementado con las acciones de desarrollo regional rural propuesto en el punto 1 del acuerdo de paz, con garantías a la participación del punto 2 y por la obtención de verdad, justicia y reparación, cuestión que lograra las garantías de no repetición.

Este es solo un eslabón en todo el camino de reivindicaciones de los derechos de las comunidades y un acumulado de sacrificios, tristezas y esperanzas de líderes y lideresas, que durante años han aprendido en medio de las vicisitudes a no rendirse, y a continuar buscando paz y vida digna en sus territorios.

lunes, 22 de julio de 2019

Soldados del Ejército Nacional y encapuchados pretendían hacer allanamiento en vereda de Remedios (Antioquia)


Soldados del Ejército Nacional y encapuchados pretendían hacer allanamiento en vereda de Remedios (Antioquia)


El día 21 de julio, aproximadamente a las 4 a.m. las personas que compartían en el establecimiento público “la gallera”, ubicado en la vereda Panamá Nueve, del caserío Mina Nueva (Remedios), se vieron sorprendidos al percatarse de la llegada de soldados del Ejército Nacional junto a dos hombres con el rostro cubierto con ponchos verdes (encapuchados), según lo expresado por ellos, pretendían hacer un allanamiento, el cual fue iniciado con un proceso de registro fotográfico y vídeo, a pesar de no llevar ninguna orden ni autorización para ello; tampoco portaban en un lugar visible sus apellidos.

Cahucopana, expresa su preocupación ya que estas acciones se están volviendo frecuentes en las veredas de Remedios, lo cual no permite saber quiénes son los hombres con los que patrulla el Ejército, mucho menos identificar a qué grupo armado pertenecen, dejando una estela de duda ¿acaso el Ejército Nacional está trabajando en connivencia con grupos ilegales? ¿Si están haciendo un operativo legal por qué no respetan los derechos de la población?

Estas actuaciones solamente nos lleva a recordar años pasados, cuando los soldados abrían paso a los grupos paramilitares. En épocas de tránsito a la paz, se necesita generar confianza con la comunidad y estas acciones no la promueven.

jueves, 6 de junio de 2019

Rechazo a la creciente ola de violencia en el Nordeste Antioqueño


Rechazo a la creciente ola de violencia en el Nordeste Antioqueño


La Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño- Cahucopana, expresa su preocupación por los últimos hechos acontecidos en el municipio de Segovia, departamento de Antioquia. Al respecto, rechazamos todo acto de violencia sin importar de donde provenga, más aun cuando está dejando por doquier víctimas de la población.

Hemos afirmado que Remedios y Segovia, por ser municipios con gran abundancia de recursos naturales y minerales están expuestos a afrontar toda clase de conflictos por la disputa que se presenta entre los diversos actores por el control territorial, frente a ello, el conflicto social y económico se evidencia cada día con más fuerza.

Las estrategias para tener el poder económico de la zona llevan a los interesados a ejercer control social apelando no solo a generar el miedo, sino también a tomar represarías en contra de quienes no compartan sus objetivos, situación que se agudiza si no se implementan las medidas necesarias y apropiadas por parte de la institucionalidad, no solo local sino departamental y nacional, hasta que todo se vuelve una bola de nieve.

El municipio de Segovia, poblado por gente trabajadora, honesta y alegre, vive en medio de grupos armados al margen de la ley, sucesores del paramilitarismo y bandas criminales, sin contar otros factores que tienen en vilo su tranquilidad; la presencia de una empresa multinacional que desde hace aproximadamente 43 años se empeña en hacer desaparecer a los pequeños y medianos mineros, en un pleito que no parece tener fin, deja a centenares de pobladores sin su único sustento económico: la extracción minera, abriendo las puertas para que se desencadene la persecución y judicialización a los mineros.

No podemos permitir que se sigan asesinando a los jóvenes en disputas entre “combos”, ni que por medio de panfletos y amenazas se pretenda someter a la población a través del terror, las extorsiones, el microtráfico y el sicariato, todas ellas, deben ser asumidas por las autoridades como un problema social de seguridad, que demanda de planes de acción y políticas públicas para erradicarlas de raíz.

Cahucopana como organización defensora de derechos humanos hace un llamado para que se tomen acciones concretas que respondan a la necesidad de la población de vivir en un entorno de paz y tranquilidad.

viernes, 5 de abril de 2019

Llamamiento urgente por situación de derechos humanos y minería en el nordeste antioqueño


Llamamiento urgente por situación de derechos humanos y minería en el nordeste antioqueño

Encuentro regional de líderes y lideresas del nordeste antioqueño





En el marco del Encuentro Regional de líderes y lideresas del Nordeste Antioqueño, reunidos el día 29 de marzo de 2019, en el caserío Mina Nueva, vereda Panamá Nueve, municipio de Remedios (Antioquia), posterior al trabajo realizado en la jornada, presentamos por medio de este llamamiento a las instituciones del Estado, organismos internacionales y de acompañamiento internacional, las exigencias emanadas del encuentro, las cuales responden a la situación de crisis humanitaria que se viene presentado en la actualidad en materia de derechos humanos y minería. De igual modo, el llamamiento está dirigido a los grupos armados que hacen presencia en el territorio, ya que los líderes y lideresas sociales exigen el respeto a sus vidas, integridad y libertad en virtud de su desempeño como trabajadores comunitarios y defensores de derechos humanos.

La coyuntura actual está enmarcada en un contexto de pos acuerdo, ligado al acuerdo de paz firmado entre el gobierno nacional y la ex guerrilla de las FARC, lo que ayudó a disminuir el nivel de afectaciones del conflicto armado que tuvo inmersa, durante muchos años, a las comunidades rurales a nivel nacional y en particular a la población minero-campesina e indígena del Nordeste antioqueño. Los años de incertidumbre y miedo que vivimos, pensamos que ya habían acabado, sin embargo, tuvieron continuidad con nuevas dinámicas y actores armados, así que, no hemos podido evidenciar la tan anhelada paz.

Hoy en día, sin la presencia de la guerrilla de las FARC en el territorio, los grupos armados al margen de la ley, iniciaron una disputa por copar zonas donde antes no tenían presencia; los paramilitares han ido entrando paulatinamente imponiendo sus dinámicas de control social y reconfigurando la cotidianidad de las comunidades en términos de seguridad. Por otra parte, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), quienes ya tenían presencia en la zona, se han expandido, y han creado una serie de normas que la comunidad debe cumplir. También están las fuerzas armadas del Estado, que continúan con sus operativos en contra de la pequeña y mediana minería, en su lógica de ver al campesinado y minero como el enemigo interno. A su vez, el ejército en compañía de encapuchados permanece patrullando los caseríos de la zona y se han convertido en un actor que genera miedo.

Este reordenamiento de actores armados trajo consigo no solo problemáticas sociales como el microtráfico, consumo de estupefacientes, robos, extorsiones, disputas comunitarias y hasta desunión entre la población, sino que también elevó de manera alarmante los asesinatos de habitantes de la zona, sin que ningún actor armado se atribuya los hechos, además, se han generado detenciones arbitrarias, violación a los derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario, amenazas y persecución hacia los líderes y lideresas, quienes hacen una labor fundamental en aras de construir un Nordeste antioqueño en paz.

Todos estos factores llevan a que se eleve el nivel de riesgo de las comunidades campesinas, líderes y lideresas sociales, miembros de las Juntas de Acción Comunal y defensores de derechos humanos, lo que dificulta poder llevar a cabo su labor. El panorama no es alentador, por eso es importante reconocer el quehacer de los líderes y lideresas, que a nivel nacional están siendo perseguidos, estigmatizados y asesinados.


En los municipios de Remedios y Segovia los líderes y lideresas han sido primordiales, en las Juntas de Acción Comunal, han afianzado la autonomía en la toma de decisiones, ejecuciones de políticas comunitarias y normas de convivencia, tratando de ser neutrales y consecuentes con sus objetivos de trabajar en beneficio de la comunidad.

De la misma manera, las organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos han contribuido en la construcción de un territorio donde mínimamente los actores externos a la comunidad respeten los derechos humanos, se generen condiciones para que la comunidad pueda llevar una cotidianidad tranquila y en paz; en ese sentido, pensamos en alternativas de protección y autoprotección, y apelamos a mecanismos comunitarios, legales y pacíficos para exigir nuestros derechos, denunciamos y visibilizamos las dificultades que se afrontan día a día en la región, promovemos la necesidad de permanecer y resistir en el territorio, y lo más importante, seguimos construyendo de la mano de los campesinos, mineros e indígenas un Nordeste en paz. Todo ello hace parte de un acumulado histórico que nos da pautas para continuar con nuestra tarea.

miércoles, 13 de marzo de 2019

IV Encuentro de Mujeres Campesinas del Nordeste Antioqueño


Juntas labramos caminos desde el amor, la sororidad y la comprensión para resistir y construir un Nordeste Antioqueño digno y en paz

IV Encuentro de Mujeres Campesinas del Nordeste Antioqueño



El 8 de marzo, las mujeres campesinas del municipio de Remedios (Antioquia), se dieron cita para encontrarse entre amigas y compañeras en la vereda Campo Vijao y así, darse un día de reflexión, contemplaciones, amor, amistad, apoyo y respeto mutuo, como base fundamental de la transformación de las relaciones femeninas.


Este día propició la integración y la formación de cerca de 90 mujeres provenientes de 15 veredas del municipio de Remedios, entre ellas: Anacoreto, San Mateo, Campo Vijao, Caño Tigre, Puerto Nuevo Ité, Dos quebradas, Ojos Claros, Lejanías, Carrizal, Camelias Dos, delegadas del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación “Juan Carlos Castañeda” e indígenas de las comunidades Embera de Corodó, así mismo, mujeres de Medellín, Barrancabermeja, Yondó y Bogotá; quienes contaron con el acompañamiento de Brigadas Internacionales de Paz (PBI). Esta actividad fue coordinada por la Corporación Cahucopana, liderada por los Equipos Femeninos de Acción Humanitaria y financiada por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Es de esta forma y como resultado de un proceso de formación adelantado en el marco de la Coordinadora de Mujeres Campesinas del Nororiente colombiano, que desarrolló la Escuela de Formación Política de Mujeres Campesinas y el primer Encuentro de Campesinas del Nororiente Colombiano, realizados en San Pablo (Sur de Bolívar) y Ocaña (Norte de Santander) respectivamente, donde confluyeron mujeres de AHERAMIGUA, CAHUCOPANA, ASCAMCAT y ACVC organizadas en la “Red de mujeres campesinas gestoras de la paz territorial del Nororiente” abriendo así, la posibilidad de intercambiar experiencias y planes de trabajo que paulatinamente fueron tomando forma en la región del Nordeste Antioqueño.

Bajo este Panorama y con el objetivo de replicar lo aprendido, se realizó el IV Encuentro de Mujeres Campesinas del Nordeste Antioqueño, que tuvo como propósito hablar en torno a las problemáticas identificadas en los encuentro anteriores, violencia de género, autonomía económica, y participación política partiendo de la necesidad de integrar como ejes transversales el autoreconocimiento y el amor propio, sororo como punto de partida para emprender los retos de transformación desde lo personal hacia lo comunitario.


“Estoy aquí, Exigiendo a gritos, La parte que me corresponde del mundo. Y no voy a callarme la boca, ni a desaparecer”
Patricia Karina Vergara.

El atrapasueño fue el objeto representativo del encuentro, el cual logró que las mujeres se identificaran con los objetivos comunes: tejer confianzas a partir amor, el respeto por la diferencia y el reconocimiento de las virtudes de las mujeres como sujetas políticas que se empoderan para ejercer nuevos roles de liderazgo, en los diferentes ámbitos de la sociedad, con el fin de generar transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales.

Por ello, el encuentro se trabajó en dos momentos, el primero fue un espacio de reconocimiento del rol y la labor de la mujer campesina, el fomento de la autoestima y el amor a su cuerpo como primer territorio, lo que se fundamenta como base para lograr la emancipación de la mujer; y un segundo momento, en el cual se orientó un trabajo colectivo en tres mesas: participación política “mi voz, mis apuestas y mis propuestas”; autonomía económica y violencia de género.



Participación política “Mi voz, mis apuestas y mis propuestas”

La violencia contra las mujeres, al igual que el conflicto armado en los territorios de nuestro país, ha dejado marcas de miedo, incertidumbre, dependencias, dolor, silencio y mucho sufrimiento.
Esto se ha visto reflejado en la baja participación de las mujeres en los espacio de decisión e incidencia pública y comunitaria. Ellas tienen pleno conocimiento del territorio, sus dinámicas y problemáticas sociales, dados los roles que desempeñan como mujeres en la escuela, espacios de trabajo y la familia, los cuales les ha permitido tener una mirada amplia de su comunidad y generar una diversidad de propuestas y soluciones que en algunas ocasiones se pierden en los silencios debido a su inseguridad para hablar, el miedo a no saber expresarse, a una represalia física o económica, la censura pública, la burla e incluso el rechazo.

En este sentido y como resultado de la mesa, las mujeres propusieron:

  1. Fortalecer los Equipos Femeninos De Acción Humanitaria y los lazos organizativos dentro de las comunidades para defender el territorio que habitan de forma conjunta, así como la búsqueda de garantías que les permita desarrollar una vida digna y un territorio en paz no solo libre de conflicto y violencia armada, si no también libre de todo tipo de violencia social y política.
  2. Exigir que se adelanten políticas públicas que brinden oportunidades de estudio, puestos de salud, rutas de evacuación rápidas y seguras, además de contar con alternativas laborales y económicas que no sean las impuestas por la sociedad para la población femenina y que permitan el fomento de la cultura campesina.
  3. Articular acciones para exigir el cumplimiento del Plan De Desarrollo Con Enfoque Territorial – PDET. Haciendo consciente este panorama han identificado la tarea de asumir la responsabilidad de representar a sus comunidades y compañeras en los diferentes espacios de participación y formación política y comunitaria.
Autonomía económica

La diferencia entre hombres y mujeres también se evidencia en la violencia económica. En su mayoría las mujeres deben realizar una triple jornada laboral, capaces de alcanzar más de 12 horas continuas de trabajo no remunerado, que van entre las labores del hogar, la crianza de los hijos, el trabajo de la tierra, el cuidado de los animales, las obligaciones maritales y algunas organizativas.

Así mismo, existen escasas ofertas laborales para las mujeres, que en promedio, ganan la mitad de los ingresos que los hombres por las mismas horas laboradas, e incluso se invisibiliza el aporte a la economía del hogar por medio de la violencia verbal y psicológica como una forma de crear una dependencia económica.

Al no ser reconocidas sus labores en los diferentes espacios y hasta en el hogar, conlleva a naturalizar situaciones en sus cotidianidades, replicando la violencia de la misma forma en que han sido intimidadas heredando a las nuevas generaciones el silencio, la obediencia y el servicio, a cambio de la promesa de la garantía del sustento en términos de techo, alimentación y objetos personales, para ellas, sus hijos e hijas; estas últimas con un mayor grado de vulnerabilidad de sufrir violencia sexual.

La experiencia que históricamente han tenido los hombres en asumir roles y/o responsabilidades en los espacios públicos de participación política, les ha dado gran delantera y ha puesto en ocasiones en desventaja a las mujeres que tienen por obligación asumir los roles de los espacios privados del hogar, cuidado de los hijos e hijas y el trabajo productivo, esto ha llevado al deterioro de la confianza de las mujeres en sí mismas, al retraso de las transformaciones de las problemáticas sociales y comunitarias, en tanto la poca integración de las mujeres en escenarios públicos y políticos ha disminuido la fuerza organizativa que demandan estos territorios para la defensa del mismo y de una vida digna. Cuestiones que con el paso de los años y por la lucha de las mujeres, se ha ido modificando para abrir paso a las iniciativas y propuestas de ellas en espacios públicos y políticos.

Lamentablemente la violencia ejercida sobre ellas e inculcada de generación en generación a través de la familia y la sociedad, ha impedido construir mujeres independientes, aunque cuenten con todas las facultades para hacerlo, las diferentes formas de violencia han interiorizado los miedos, las inseguridades, la indiferencia, la obediencia y dependencia. Desarrollar las condiciones estructurales que obstaculizan el empoderamiento de las mujeres.

Como propuesta al panorama anterior, las y los participantes a la mesa generan las siguientes propuestas para caminar en torno al fortalecimiento de la autonomía económica de las mujeres en el territorio:
  1. Promover procesos de capacitación para el diseño, ejecución y comercialización de proyectos productivos.
  2. Indagar por proyectos acordes a las capacidades y potencialidades de las comunidades y el territorio.
  3. Promover procesos de capacitación agropecuaria, en los territorios donde no se tenga tierra.
  4. Fortalecer las estrategias de información para llegar a más personas tales como: comité de información, carteleras informativas y volantes informativos en las rutas de transporte.
  5. Fortalecer en los diferentes espacios de participación la conciencia acerca de la importancia de los proyectos productivos en pro de fortalecer la autonomía económica como estrategia para aportar a la economía del hogar y a la soberanía alimentaria.
Durante este proceso las mujeres han asimilado que existen acciones en su contra determinadas por una diferencia en los roles pre establecidos socialmente entre hombres y mujeres, que no son cuestiones naturales, que cada día es necesario hacer consciente su realidad y su accionar, para reflexionar a manera individual y colectiva sobre nuevas formas de relacionarse que no permitan perpetuar ese legado y encontrar nuevas caminos para la educación de los hijos e hijas, reconstruyendo las formas de relacionamiento y el amor en pareja, con la comunidad y sobre todo con la otra, partiendo de los principios de sororidad, respeto, confianza, reflexión constante y apoyo entre ellas mismas, ya que comparten las mismas opresiones y deseos de libertad.

Estos espacios basados en la confianza, el autorreconocimiento como mujeres y el rol ejecutado en diferentes ámbitos de la cotidianidad, permitieron generar redes de compañerismo y empatía, con el fin de fortalecer los vínculos organizativos que den paso a la implementación de iniciativas para transformar el territorio, asumiendo la necesidad de comprender los contextos políticos y económicos no sólo en términos globales sino también asimilándolo desde lo personal, rompiendo así, con la rutina de la indiferencia y el silencio frente a las dinámicas socioeconómicas y culturales de la región.

Como conclusión, las mujeres campesinas del nordeste se han planteado la necesidad de organizarse para así disminuir los índices de todo tipo de violencia, comenzando por integrar en sus vidas el diálogo y el amor como principios básicos de respeto y ejemplo por y para las otras personas, sin distinción de edad o género; fortalecer cada día los lazos de confianza entre las mujeres y las personas más vulnerables que pueden estar siendo víctimas de cualquier tipo de violencia, generando redes de apoyo y comunicación que ayuden a confrontar los miedos, inseguridades, conformando rutas de acompañamiento, buscando soluciones colectivas integradas al trabajo comunitario para mejorar las condiciones socioeconómicas de las comunidades, concibiendo transformaciones positivas en torno al relacionamiento entre niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres y disminuir los índices de violencia física, sexual, psicológica económica y política.

“Somos mujeres campesinas, hermosas, valientes y luchadoras tejedoras de confianzas, amor y respeto, que buscamos el reconocimiento de nuestra labor y la deconstrucción de nuestros roles, la defensa de nuestros cuerpos como primer territorio que habitamos, que debemos amar y cuidar”

lunes, 4 de marzo de 2019

Comunidades de Remedios (Antioquia) piden al Gobierno prestar atención a las problemáticas de su país


Comunidades de Remedios (Antioquia) piden al Gobierno prestar atención a las problemáticas de su país

Las comunidades campesinas y las organizaciones sociales del bloque de Juntas de la Mesa Comunal por la Vida Digna y la Paz de la Región, municipio de Remedios, Antioquia; hacemos un contexto general del tema de seguridad en la región, en el cual comunicamos que existen grupos armados ilegales en la zona, como paramilitares y ELN. Además que como comunidades pedimos que se reanuden los diálogos con esta insurgencia. A su vez vemos el enfoque que ha hecho el gobierno, el cual tienen sus ojos puestos en el país vecino (Venezuela) y se ha olvidado de Colombia, no se preocupa por el campesinado de este país, además está dejando de lado la implementación de los Acuerdos de paz con las FARC y el avance de la JEP; vemos con preocupación también la problemática social del aumento del consumo de sustancias psicoactivas, la prostitución y copamiento que están haciendo los grupos paramilitares.

Como campesinos no olvidamos las luchas de nuestras comunidades, las cuales siempre han buscado la formalización de la minería y la tenencia de la tierra, y que siempre hemos estado comprometidas con el avance del proceso de paz, expresamos que, lo que más necesitamos como campesinos organizados en JAC y organizaciones sociales, no es la militarización del territorio, sino la garantía de los derechos humanos, sociales, económicos y culturales, y la permanencia en la región.

Pese a que con el proceso de paz entre el Gobierno y las FARC ha disminuido el conflicto armado, aún existe una problemática latente con el aumento del conflicto social, como proliferación de bandas criminales, robos, prostitución, drogadicción y capturas a los campesinos por parte de la fuerza pública, así como también asesinatos selectivos de actores armados desconocidos y secuestros y homicidios a los campesinos por parte del ELN. Teniendo en cuenta que toda esta problemática también se ha venido dando por causa de la terminación de los diálogos con el ELN, por eso exigimos como comunidades que se reanuden dichos diálogos y se continúe el desmonte de bandas criminales que afectan la región.

Vemos también con preocupación la actual situación minera en nuestros municipios de Remedios y Segovia, la cual nos afecta a las comunidades de esta región, ya que en su mayoría todas tenemos el sustento principalmente de la pequeña y mediana minería; aún más tememos por la amenaza directa por parte del gobierno nacional sobre este sector, en la que se ha eliminado las consultas populares establecidas en el artículo 33 de la Ley 36 de 1994. Conociendo la visión del gobierno sobre una explotación extractivita a nivel nacional, donde han puesto en subasta nuestros territorios al gran capital extranjero, en el que se deja nuestros medianos y pequeños mineros, que en su mayoría somos campesinos, sin trabajo, sin el sustento para nuestras familias y sumándole esto, nos tratan de criminales; partiendo de que ni siquiera somos dueños de la tierra, ya que nos encontramos en Ley 2da, lo que se ha dificultado para poder trabajar como campesinos dueños de la tierra; además el gobierno nunca nos ha entregado una propuesta de cambio para dar solución a esta problemática, teníamos las esperanzas en la implementación del punto 1 de los acuerdos de Paz firmados con las FARC, pero que a la fecha no se ha visto cumplimiento de esta, conjuntamente las únicas soluciones que nos presenta el Estado es la represión militar y la amenaza que existe para el cierre de las minas bajo los llamados amparos administrativos, así como también la quema, expropiación de mini-dragas, motores y retro excavadoras por parte de la Fuerza Pública.

Como campesinos organizados convocamos para que se realice una acción humanitaria con instituciones gubernamentales y no gubernamentales, nacionales e internacionales, tales como Alcaldías de Remedios y Segovia, Defensoría del Pueblo, Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Minas, ONU, MAPP-OEA, IAP, PBI; queremos que dicho evento se lleve a cabo con las autoridades competentes para dar solución a las problemáticas y contribuir en el desarrollo de la región.

Comunidades y organizaciones participantes:

Chicamoqué, Carrizal, La Cristalina, panamá 9, Altos de Manila, Tamar Alto, Cañaveral, Piñal, Aguacates, El Carmen.
Organizaciones Sociales:
CIANA, CAHUCOPANA, ACVC-RAN, Partido FARC.
Organizaciones Internacionales acompañantes:
PBI.

sábado, 23 de febrero de 2019

Hombres armados encañonan y roban información en el teléfono móvil del líder campesino


Hombres armados encañonan y roban información en el teléfono móvil del líder campesino

Carlos Morales es un líder destacado que como defensor ha intervenido frente a todos los actores armados legales e ilegales en defensa de la vida y para la permanencia en el territorio de los habitantes del nordeste antioqueño. Esto conllevó a una fuerte persecución, estigmatización, amenazas y judicialización que lo mantuvieron injustamente privado de la libertad durante 8 meses, posteriormente fue liberado y con el paso del tiempo se pudo demostrar su inocencia.


Aunque Cahucopana se ha caracterizado por insistir a las instituciones que es necesario pensarse las medidas de protección colectivas y diferenciadas, sin otra alternativa, Carlos cuenta con un esquema de la Unidad Nacional de Protección, que consta de un carro blindado y dos escoltas producto del estudio de riesgo, que ha implicado otros costos adicionales para la Corporación y el líder.

***
Carlos, desde el pasado domingo 17 de febrero, se encuentra sin camioneta debido a daños que presentaba. A la fecha la Unidad no ha facilitado automóvil para garantizar su seguridad y movilidad.
Al no encontrarse el esquema de seguridad decidió ir sin escoltas a recoger a su esposa al lugar donde ella estudia, esta es una actividad rutinaria, resolvió ir sin ellos debido a que por sus limitaciones económicas no le alcanzaba para pagar el transporte de todos.

El día 21 de febrero, a las 5:25 p.m., en el barrio La Floresta (Barrancabermeja), mientras el dirigente campesino esperaba a su esposa, dos hombres que se movilizaban en una moto, la cual tenía las placas tapadas, lo interceptaron y lo amenazaron con un arma de fuego, posteriormente procedieron a hurtar su teléfono móvil.

Frente a esto reiteramos que el Estado tiene el deber de garantizar la seguridad integral de los líderes sociales amenazados y con altos niveles de riesgo.

Es preocupante que durante cinco días Carlos tenga que dejar de ejercer su labor y detenga hasta su vida familiar debido a la negligencia de la Unidad Nacional de Protección.

En esta ocasión afortunadamente no ocurrió nada en contra de la integridad de Carlos, sin embargo la información contenida en el móvil era confidencial y de suma importancia, aparte de tener sus contactos, grupos de trabajo y su correo electrónico, también tenía información de la Corporación y denuncias e informes de la situación actual en la región del nordeste antioqueño.

Si bien en esta hecho solo resultó en hurto, cómo organización creemos que es una alerta teniendo en cuenta que en otros casos, como el de José Yimer Cartagena, (vicepresidente de ASODECAS, asesinado en Córdoba) se demostró que su asesinato, por más que parecía que fue por un hurto, tuvo como móvil el hecho de ser líder social en su territorio.

martes, 19 de febrero de 2019

ELN y Ejército violan derechos humanos de comunidades del Nordeste Antioqueño


ELN y Ejército violan derechos humanos de comunidades del Nordeste Antioqueño

Damos a conocer la denuncia construida por líderes comunitarios del nordeste antioqueño, a raíz del asesinato del líder minero Alberto Jiménez, a manos del ELN.

Las comunidades campesinas del Nordeste Antioqueño, del municipio de Remedios y Segovia, departamento de Antioquia, las organizaciones sociales y el partido político FARC de esta región, expresamos inicialmente nuestro dolor por el asesinato de nuestro compañero, amigo y líder minero, Jaime Alberto Jiménez Fernández, habitante de la vereda Panamá 9 en manos de la insurgencia del ELN, además de la violación de derechos humanos que se han venido presentando por parte de las Fuerzas Militares y atropellos a la comunidad de esta región en general, de este modo exponemos nuestro rechazo a todas estas violaciones de DD.HH, sociales y económicos de los campesinos y campesinas de este territorio como resultado del abandono estatal que aún vivimos.

Como habitantes de este territorio, declaramos que somos mineros desde la cuna, pero existe una problemática latente en esta región que nos pone en el medio del conflicto armado, además que las luchas de nuestras comunidades siempre han buscado la formalización de la minería y la tenencia de la tierra, que siempre hemos estado comprometidas con el avance del proceso de paz y que lo que más necesitamos como campesinos organizados en JAC y Organizaciones Sociales, no es la militarización del territorio, sino la garantía de los DD.HH, sociales, económicos y culturales, y la permanencia en la región.

Desde hace muchos años la violencia en esta región es histórica y como comunidades creíamos que íbamos a descansar de la guerra con el desarme de las FARC y como campesinos aspirábamos que con la dejación de las armas se iba consolidando la paz, hoy miramos con preocupación la crisis del proceso de paz a raíz de los incumplimientos del gobierno en la implementación de los acuerdos.
En esta región somos en promedio más de cinco mil personas que estamos aquí y vivimos de la minería y la agricultura, pero en estos momentos nos vemos amenazados de diferentes fuerzas armadas, tanto legales como ilegales y el fortalecimiento del paramilitarismo que nos están obligando a salir desplazados de esta región.

Las comunidades campesinas del Nordeste Antioqueño del municipio de Remedios y Segovia, las organizaciones sociales y el Partido Político FARC de esta región nos pronunciamos ante la problemática que estamos viviendo en este momento, y exigimos al Gobierno Nacional que nos brinde solución a dichas problemáticas, las cuales son:

Problemática de minería ya que el gobierno ha legislado, pero no para los sectores más pobres, sino para las grandes multinacionales extranjeras, dejándonos por fuera a los campesinos que siempre hemos vivido de esta economía y nuevamente nos lanza al abandono estatal, el incumplimiento al proceso de paz con las FARC, la problemática social y económica, la falta de la tenencia de la tierra por encontrarnos en un territorio aún en ley 2da de 1959, problemática de seguridad de la región como la confrontación armada entre la insurgencia del ELN, el paramilitarismo y las Fuerzas Militares, lo cual nos deja en medio de la guerra a la población civil y somos quienes nos vemos más afectados ante este problema horripilante.

Dejamos en claro al Gobierno Nacional que como campesinos, excombatientes de las FARC, organizaciones sociales y población civil que somos, no tenemos nada que ver en esta guerra en la que siempre somos la población más vulnerada y abandonada, y los que ponemos siempre los muertos por una lucha que para nada nos favorece y una vez más nos vemos en el abandono estatal.
Solicitamos también al Gobierno Nacional que el ETCR Juan Carlos Castañeda sea declarado como una universidad campesina donde podamos tener un espacio educativo para el campesinado del corregimiento de Carrizal y sus veredas.

Como campesinos y campesinas siempre hemos estado en resistencia en este territorio y esto es lo que nos ha mantenido en la región, pero exigimos ya, que cese la violencia en nuestro territorio porque estamos cansados de esta y queremos que nuestros hijos e hijas vivan en una región de paz.
Hacemos también un llamado a todos los actores armados para que identifique quiénes son los que realmente están directamente implicados en el conflicto y quiénes no tenemos nada que ver en dicha guerra, además que se respeten los DD.HH y el DIH.

Las comunidades exigimos que se reanuden los diálogos con el ELN y que se haga un cese al fuego bilateral.

Esperamos que el Gobierno Local, Departamental y Nacional nos escuche y nos brinde solución a esta problemática.

Las comunidades que nos recogemos en este documento y que pertenecemos al bloque de JAC del corregimiento de Carrizal son: La Cristalina, Cañaveral de Chicamoqué, Mulato, Tamar Alto, Panamá 9, Altos de Manila, Cañaveral, El Carmen, Lejanías, Ojos Claros, El Piñal.

Las organizaciones sociales que nos recogemos para apoyar este pronunciamiento son: ACVC-RAN, CAHUCOPANA, CIANA, Partido Político FARC, Comunidad Indígena Embera Chamí del Mosquito.

Denuncia construida en la vereda Panamá 9, a los 17 días, del mes de Febrero de 2019.

martes, 12 de febrero de 2019

Vivir el trabajo de CAHUCOPANA en Lejanías y Camelias


Vivir el trabajo de CAHUCOPANA en Lejanías y Camelias

Por: Alexandra Duque Torres 



Después de viajar durante cinco horas por carretera destapada, en un carro con sacudidas constantes por las piedras y desniveles de tierra, pudimos llegar a la vereda Lejanías del municipio de Remedios, Antioquia. Teníamos algo de calor y hambre, pero nada de eso iba a dañar la llegada a la vereda. La felicidad y el asombro se reflejó en mi rostro al conocer el caserío donde nació CAHUCOPANA, una corporación campesina que defiende los derechos humanos en el nordeste antioqueño desde hace 14 años. Y no era para menos mi dicha, pues mientras caminaba conocía poco a poco el territorio y los campesinos y campesinas que integran la corporación en esta vereda, teniendo la oportunidad de compartir con el señor Rayito y el cantor Macías, dos de los fundadores de esta organización.

Fue muy significativo conocer algunas de sus dinámicas territoriales, que la mayoría se llamaran y se conocieran por el apodo, fue algo que me sorprendió en tanto el ejército no comprendía esto y los estigmatizaba con el pretexto de buscar guerrilleros manifestando que son sus “alias”; por otro lado, ver la solidaridad que caracterizaba a la comunidad y su conocimiento frente a toda la población, con la intención de protegerse y mitigar riesgos, fue sorprendente -pues en la ciudad pocas veces se encuentra o se conserva esta cohesión-, además, de unos ánimos contundentes por construir paz en una región tan golpeada por el conflicto armado.

A pesar de identificar nuevas amenazas y un posible escalamiento del conflicto con la llegada de los paramilitares, la incidencia del ELN, y la injerencia del ejército sólo para judicializar guerrilleros, tapándose los ojos frente a los paramilitares y otros delincuentes en la zona, los campesinos y campesinas siguen organizados, creyendo en la colectividad, basados en la solidaridad y la esperanza.
Esto evidenciándose no sólo en Lejanías –donde me encontré con diversos líderes y lideresas de las veredas de la parte alta de Remedios-, donde la presencia de grupos armados ha sido más contundente, sino también en Camelias –parte baja del municipio-, donde no se ha dado con tanta intensidad el regreso del conflicto, pero se ha escuchado lo que ha pasado en la parte alta, además del dominio paramilitar una vereda antes de este lugar, preparándose para lo que pueda ocurrir.

A pesar de este panorama, las comunidades están dispuestas a resistir y defender sus vidas y su territorio, le apuestan a la construcción de paz y se rehúsan a que regrese la guerra, por eso hoy más que nunca me enseñaron la importancia de la colectividad, del apoyo mutuo, de la necesidad de visibilizar lo que sucede en los territorios alejados, de la solidaridad y el fortalecimiento de las organizaciones sociales para que la guerra no sea más una opción.

lunes, 11 de febrero de 2019

Ejército realiza allanamientos y detenciones junto a hombres encapuchados en veredas de Remedios


Ejército realiza allanamientos y detenciones junto a hombres encapuchados en veredas de Remedios



El día 10 de febrero de 2019, en la vereda Panamá Nueve, jurisdicción del municipio de Remedios (Antioquia) el Ejército Nacional, Batallón Energético y Vial N 8, desde las 11 de la mañana hasta las 4 de la tarde realizó dos allanamientos y capturó a cuatro campesinos reconocidos de la región que están afiliados a la Junta de Acción Comunal de la vereda. Estas personas quienes fueron sacadas en helicóptero son:

Meily Bernal Martínez
Albeiro de Jesús Sea
Anunciación Delgado
Yurlis Astrid villa

Estás acciones estuvieron acompañadas de la militarización de las veredas Lejanías, Altos de Manila y Panamá Nueve, por vía terrestre y aérea.

El último hecho reportado por el Comité de Acción Humanitaria de Cahucopana fue a las 8 de la noche, dónde informaban que el Ejército Nacional patrullaba por medio del caserío Mina Nueva junto con un hombre encapuchado. Lo que generó el terror entre la comunidad.

La Corporación Cahucopana ha estado insistiendo en reiteradas denuncias el aumento de asesinatos, presencia de grupos paramilitares en la zona y enfrentamientos entre el Ejército Nacional y el ELN, por ello vimos la necesidad de activar los protocolos de protección creados por la comunidad ante la indiferencia de las autoridades.