Reconocimiento
a Cahucopana como sujeto de reparación colectiva
Un
paso en la dignificación de nuestras comunidades
Tras 13 años de trabajo en
defensa de los derechos humanos en medio del conflicto armado interno, en el
que las comunidades minero campesinas de Remedios y Segovia, organizadas en
Cahucopana, resistieron a hechos victimizantes efectuados por diferentes
actores armados legales e ilegales, y que se vieron representados en
ejecuciones extrajudiciales, desplazamiento forzado, confinamiento poblacional,
desaparición forzada, quema de caseríos y el bloqueo económico y sanitario,
entre otras, el Estado reconoce a la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia
y la Paz del Nordeste Antioqueño como sujeto de reparación colectiva.
Para ello, los pasados 18 y
19 de septiembre una vez más nos encontramos la familia Cahucopana en la vereda
Lejanías, jurisdicción del municipio de Remedios, Antioquia, para realizar el
acto de notificación de la resolución de inclusión como sujeto de reparación
colectiva y conformar el comité de impulso el cual orientará el proceso de
reconstrucción de memoria histórica y las solicitudes de reparación para
nuestra organización.
Acompañados por
organizaciones hermanas como la Asociación Campesina del Valle del río
Cimitarra (ACVC) y la Corporación Jurídica Yira Castro, las organizaciones
internacionales ECAP y PBI, y funcionarios de la Unidad para las Víctimas,
iniciamos la etapa de alistamiento como primer momento en el proceso.
Luego de haber sido
incluidos en el Registro Único de Víctimas, el alistamiento permitió a la
comunidad conocer las cinco medidas de reparación (satisfacción,
rehabilitación, indemnización, restitución y garantías de no repetición)
establecidas en la política pública de víctimas, en las que se identifican
acciones que suponen la recuperación del buen nombre y la honra, el
resarcimiento del daño causado en términos de lo jurídico, médico, psicológico
y social, la restitución de los derechos y bienes en los casos posibles y el
restablecimiento de condiciones físicas, económicas, infraestructurales.
Para todo el proceso que
dura aproximadamente tres años, se conformó el Comité de Impulso que se
encargará de ser el puente entre las comunidades y la Unidad de Víctimas. Para
nuestro caso, quedó constituido por compañeros representantes de veredas donde
la Corporación adelanta trabajo, quienes a su vez son socios de las Juntas de
Acción Comunal de sus veredas y hacen parte de los equipos de trabajo de la
corporación.
Culminada la jornada de
socialización, quisimos rendirle un sentido homenaje a cuatro de nuestros
fundadores, aquellos que llevan más de una década de estar caminando y abriendo
las trochas que hoy comunican las veredas de Remedios y Segovia, siempre firmes
creyentes en que la organización comunitaria enarbola las voces del
campesinado, aunadas en las denuncias que han roto los cercos impuestos, la
censura, la exclusión, los continuos intentos por invisibilizar y criminalizar
a las comunidades minero-campesinas, indígenas, afrodescendientes y las
organizaciones sociales.
Para el cierre del acto de
reconocimiento, en homenaje a los hombres y mujeres que han contribuido con su
trabajo en la defensa de los derechos humanos para la permanencia en el
territorio, se instaló una placa en mármol, como un permanente llamado a la
lucha que estamos continuando por una justicia social para el campesinado del
nordeste antioqueño.
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